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GALERÍA DE ARTE

2012-04-11 / Catálogo virtual de la exposición " Huellas Urbanas "



catálogo de la exposición


“HUELLAS URBANAS”


José Miguel Palacio

Abril – Mayo 2012
Casa de Cultura de Torrelodones / Madrid






BIENVENIDA


Es un placer para mí , coincidiendo con  el 25 Aniversario de la Casa de Cultura de Torrelodones, invitaros a descubrir la gran obra de Jose Miguel Palacio, vecino de nuestro municipio,  a través de su exposición:  “Huellas Urbanas”.

En ella, recorremos la ciudad con sorpresa y perplejidad, ante la  fuerza e intensidad de sus cuadros, fieles reflejos de la vida que nos rodea. Las calles, los cielos, las estaciones  o los escaraparates  nos atraen y nos interpelan, sugiriéndonos emociones nuevas sobre Madrid. Los trenes , los autobuses o los tejados, verdaderos protagonistas de la muestra parecen tan cercanos y reales que  bien podrían invitarnos al viaje. Un viaje singular y único, a la vez terrenal e irreal. Tan solo depende de cada uno  el aceptar la propuesta y dejarse  llevar por el ritmo maduro de la pintura de Jose Miguel Palacio. No lo duden y disfruten de esta magnífica exposición.


Elena Biurrun, (Alcaldesa de Torrelodones / Madrid)










PROLOGO

Un moderno “vedutista”


                                                                                             “De Madrid me gusta hasta el caos”. (J.M.P.) 





  José Miguel Palacio: un pintor nacido en 1950 en Zaragoza, formado en su Escuela de Artes y Oficios, y obsesionado, como pintor, por Madrid, que desde hace años contempla desde la cercana atalaya de Torrelodones. Un pintor, en sus inicios, paisajista de los Monegros, esencial y con algo de metafísico: Pacas de paja, Parideras... Un pintor luego surrealista, en clave onírica a menudo post-daliniana, aunque no de horizontes ampurdaneses, sino esencialmente aragoneses; en 1997 el veterano Federico Torralba, su profesor de Historia del Arte, prologando el catálogo de su individual madrileña en Arte Reale, comparaba su “intimismo objetual” con el del nantés Pierre Roy, refiriéndose además a una tradición local, y citando concretamente al también zaragozano Juan José Luis González Bernal, además de a algún poeta, y a Luis Buñuel. Por ese lado van cuadros como Anónima jugada (1992) –cortinas de teatro, un sillón, naipes, nubes magrittianas-, o como Metamorfosis onírica del vals negro (1993). No olvidemos tampoco sus esculturas, varias de ellas inspiradas en el universo de la papiroflexia; universo unamunesco y aciniano (por Ramón Acín y sus Pajaritas del parque de Huesca); universo también presente en más de uno de sus cuadros del período surrealista: ver por ejemplo Eolo cabalgadura papirofléxica (1994). Un pintor hoy hiperrealista. Un pintor-peatón de Madrid –Léon-Paul Fargue, Le piéton de Paris-, que tituló Madrid urbano su muestra de 2007 en la Casa de Vacas, mientras la que ahora va a inaugurarse en la Casa de Cultura de Torrelodones, documentada por el presente catálogo, habla de Huellas urbanas. Un pintor fascinado, como buen hiperrealista, por los escaparates, por el metal, por el cristal, por los espejos, por los anuncios luminosos y no-luminosos, por los medios de transporte y especialmente por los trenes, por los autobuses municipales –Madrid reflejado en un parabrisas: el espectacular Reflejos de la Gran Vía en un autobús de la EMT-, por el metro, para cuyo centenario faltan siete años tan sólo… Un pintor que no contento con utilizar la fotografía como auxiliar en la génesis de sus cuadros –un maridaje histórico: hiperrealismo y fotografía-, la practica y expone como género aparte, autónomo: en Madrid urbano ya mostraba, junto a sus cuadros, algunas de sus instantáneas, y en 2008, su muestra De Madrid, Encierros, Trenes, Aviones y Nubes, celebrada en la Sala Martín Chirino de San Sebastián de los Reyes, estuvo enteramente integrada por obra fotográfica. Aunque por el momento no las ha enseñado, también ha realizado algunas tentativas cinematográficas, siempre con Madrid como Norte.

  El Madrid de José Miguel Palacio es el Madrid de la Gran Vía, y de los cines, y del rascacielos de Telefónica, y de la cuadriga en lo alto del Banco de Bilbao en la calle de Alcalá, y del novecentista Círculo de Bellas Artes, y de la Puerta del Sol y en ella del anuncio del Tío Pepe y otros letreros, y sobre todo del emblemático Capitol, en Callao, tan reivindicado por tantos pintores, ilustradores y fotógrafos durante los años de la Movida. Un Madrid que por mi parte siempre asocio con su definitiva fotovisión “fifties” por un forastero, el catalán Francesc Catalá Roca, fundador de una posible y tardía Nueva Visión madrileña, o más atrás en el tiempo, con una novela tan estupenda como La Venus mecánica (1929), de José Díaz Fernández, de la cual acabo de prologar una reedición que sacan los libreros de viejo. La mirada del peatón-pintor José Miguel Palacio se fija también en edificios más venerables, como la Casa de la Panadería en la Plaza Mayor; la Puerta de Alcalá; o el Banco de España con su reloj y su bola dorada que trae a mi memoria la de la Punta della Dogana, en Venecia. Y no escapan a esta prospección urbana, ni el Arco de Triunfo (franquista) ni el faro de la Moncloa, ni el rascacielos con el cual se inicia la Avenida de América, torre que nos saluda –y en ella el logotipo de Iberia- al entrar y salir en la capital –entrada y salida para Zaragoza, la ciudad natal, ya lo he indicado, de José Miguel Palacio-, y que fue de lo más moderno de su tiempo, y a la cual uno de los primeros en trasladarse a vivir fue el pintor e ilustrador José Caballero, uno de los modernos de aquellos años inciertos.

Pero José Miguel Palacio se fija también, como no podía ser de otro modo, en edificaciones más recientes, como por ejemplo el Estadio Santiago Bernabeu y el abigarrado centro comercial que han terminado agregándole a modo de parásito; el Hospital de La Paz; la torre del BBVA en ese barrio tan inhumano que es Azca; la Torre Picasso en torno a la cual recuerdo una memorable muestra de esculturas del norteamericano Tony Smith; las torres KIO en la Plaza de Castilla, y, modificando nuestro “skyline”, las tres nuevas más allá en dirección al Norte, a la Sierra; la Estación de Atocha con sus relucientes AVE, y otras estaciones de un tiempo anterior, por ejemplo la de Príncipe Pío o del Norte, que asocio con mi infancia franco-española; o el Teatro del Canal; o la roja ampliación del Reina Sofía; o IFEMA donde la Pasarela Cibeles, en cuyo “backstage” tomó muchísimas fotografías, le inspira un grafito que deja antes de acometer el color; o la espectacular T-4 de Barajas… Frente a una época en la cual casi todo pasaba, en este campo, en Barcelona, Madrid se ha lanzado estos últimos años a esa carrera, al descubrimiento de la arquitectura de autor, de estos autores que ahora parece innecesario citar, de tan conocidos que son ya para los madrileños. Lugares también más anónimos, pequeños templos del comercio, un cajero automático cualquiera sobre fondo del Barrio de Salamanca, el interior con algo de galería de espejos de una anodina cafetería de la misma zona, un puesto de flores en Princesa, uno de los gratos kioscos con terraza del Retiro, una popular pescadería –quien esto escribe la frecuentó cuando vivía en Huertas- en el mercado que está en la parte de arriba de la calle de Santa Isabel, un escaparate de una multinacional de ropa, por último, en los bajos del Capitol, “horror vacui”, apoteosis del brillo y del reflejo, un escaparate habitado por los maniquís, siempre tan ramonianos…


  Metódico y meticuloso –su estudio es uno de los más ordenados de cuantos he pisado estos últimos años-, José Miguel Palacio empieza dibujando sobre el lienzo, el motivo elegido, y luego va iluminándolo, va dándole cuerpo a través del color, que expresa la luz. Dueño de una técnica esmerada, se supera a sí mismo ante cada nuevo reto. Sus cuadros simétricos del Capitol visto desde Telefónica, y de Telefónica vista desde el Capitol, son de lo más impactante de la presente muestra, en la cual brillan también la citada visión de autobús en Callao, y otra de un AVE en Atocha, en el cual además de la fría belleza de la máquina, me llama la atención el castizo y abigarrado detalle urbano que se recorta sobre un cielo inmaculado, en la parte de arriba de la composición.


  Como “Otro pintor de la vida moderna”, por el lado Charles Baudelaire / Constantin Guys, ha visto a José Miguel Palacio, Fernando Castro Flórez, en su texto para el voluminoso catálogo de la citada exposición Madrid urbano. Ciertamente es oportuna la referencia, ya que en efecto estamos ante un “flâneur” de la capital, ante alguien que aunque no resida en ella sino en su periferia más apacible, necesita asomarse casi cotidianamente a sus calles y plazas, sumergirse en sus multitudes un poco como Edvard Munch se sumergía en las de Oslo o de París, aspirar lo que un estridentista mexicano llamaría el “olor a nafta”, ver su propio rostro reflejado en esos escaparates que constituyen una de sus obsesiones –el día en que nos presentaron, le dije: “ah, el pintor de los escaparates”-, como la constituyeron para algunos de sus predecesores norteamericanos.

  José Miguel Palacio, a la postre, es lo más parecido que conozco a un “vedutista” moderno. La Gran Vía es su Gran Canal; los autobuses son sus góndolas; los escaparates, su galería de espejos; el Teatro del Canal, su Fenice; los rascacielos, su Salute; los Airbuses, su Bucentauro…

  Uno de los cuadros de mayores dimensiones, y más impactante, del conjunto, está inspirado en un concesionario Porsche de Zaragoza, la ciudad natal, ya lo he dicho, de José Miguel Palacio. Poesía del comercio, del objeto manufacturado, del lujo en materia automovilística: es la capital aragonesa, y a la vez da exactamente igual, podría ser Madrid, o Berlín, o Nueva York, o Tokyo: cosmopolitismo de la mercancía. Otras dos imágenes aquí presentes, son asimismo zaragozanas, pero en este caso la cosa sí presenta una dimensión entrañablemente local, y memoriosa, casi costumbrista –recordemos también alguna visión tranviaria, y otras de gigantes y cabezudos-, ya que estamos ante una papelería de nombre fantástico, La Reina de las Tintas, y un ultramarinos, tiendas ambas antañonas: poética del comercio antiguo que en el ámbito madrileño tan bien desarrolló en su momento, aunque en otro registro estilístico, Alfredo Alcaín. Completa esta escapada lejos de Madrid, una visión del puerto deportivo de Gijón, otra ciudad septentrional.

  Hiperrealismo: nada que ver con realismo cotidiano, en el cual opera una poética de lo leve y de lo menor –y, en Carmen Laffón, de lo inefable y becqueriano-, ni con el realismo social, al cual por el contrario le van la sal gruesa y la denuncia de esa inhumanidad a la cual acabo de aludir a propósito de Azca. Hiperrealismo: el “vedutismo”, la objetividad, lo notarial –de la conversación con el pintor en su estudio, esto, anotado al vuelo: “soy un notario, un reportero”-, la frialdad de una constatación de que la vida es como es, de que las cosas son como son, de que es lo que hay. Y la tentación de reconocer que a pesar de todo “el mundo está bien hecho”, por decirlo con verso definitivo de Jorge Guillén en Cántico, de que “el mundo es hermoso”: Die Welt ist schön, como reza, aquel mismo año 1928 en que apareció el primer Cántico, el título del fotolibro más conocido del fotógrafo alemán “nueva objetividad” Albert Renger-Patzch, uno de los mejores cantores del metal y de la máquina.

  Manuel Azaña escribió maravillosamente sobre la luz de Madrid. La ciudad, en aquella época, contaba con varios escritores más que la supieron expresar como nadie antes, entre ellos dos antitéticos, Pío Baroja en La busca y en tantos otros rincones de su obra, y el Juan Ramón Jiménez que veía el mundo desde la Residencia, desde la Colina de los Chopos. Coetáneo de ambos era un genial pintor-escritor, me refiero naturalmente a José Gutiérrez Solana: Madrid callejero. Luego vinieron los vanguardistas, capitaneados por Ramón Gómez de la Serna, el gran descubridor del pintor-escritor al cual acabo de citar. Entre todos compusieron un canto coral a Madrid. Muchos de los escritores del siglo XX, y también forasteros, algunos de los cuales se quedaron aquí para siempre, escribieron sobre esa luz a la cual acabo de referirme a propósito de Azaña. Esa luz, y esos cielos de Madrid. Pienso en ellos ante De Madrid al cielo, como titula José Miguel Palacio, en plan proverbio castizo, uno de sus más recientes ciclos pictóricos. En los “tableautins” que lo integran se fija deliberadamente en un mero fragmento de un monumento –a veces, de una simple estatua-, otorgándole todo el protagonismo a la luz de Madrid, y sobre todo al cielo, a los cielos de Madrid, surcados por esas nubes y esos aviones aludidos en el título de su individual en San Sebastián de los Reyes. Los cielos, que ocupan buena parte de la superficie de ese ciclo De Madrid al cielo: una vía de escape hacia una vida más pura y más libre, sueño del urbanita que de repente siente la tentación de escaparse…

                                                                                                                  JUAN MANUEL BONET








Obras, destacadas por el autor,
de las 39 que se exponen en la colección
“ HUELLAS URBANAS”


Altaria entrando en estación Puerta de Atocha                          
Óleo/lienzo       
195x130 cm  
17-04-2008




La Esquina del Bernabéu                                                  
Óleo sobre lienzo
100 x 60  cm
22/10/2008













 La Exposición de Porsche                                                                         
Óleo/lienzo       
195x130 cm  
11/04/2009




Interior del nido del AVE, Estación de Atocha               
Óleo sobre tabla                                                      
54 x 60 cm
22-12- 2009


















Reflejos de la Gran Vía en el parabrisas de un autobús de la EMT                  
Óleo sobre lienzo
130 x 89  cm
08/11/2010













United Colors of Benetton en Gran Vía                            
Óleo sobre lienzo
100 x 60  cm
17-03-2011













De Madrid al Cielo, Edificio Metrópolis                                                                                                  
Óleo/tabla    
22x27  cm                 
00/12/2011

















Gran Vía desde plaza de Callao a edificio Telefónica                            
Óleo/lienzo       
130 X 195 cm
15/11/2011




































EPILOGO


Solo se escribe de lo que no se tiene o de lo que se ha perdido. O sea, se escribe solo desde el deseo o desde la memoria. Porque el presente se vive, no se escribe. Por eso hay que elegir entre vivir la vida o contarla… O entre vivirla o pintarla. 

Julio Llamazares, El cielo de Madrid, Alfaguara 2005, p 65




En un remoto momento dispuse eso, “pintar la vida”, y me trasladé a Torrelodones donde ubiqué mi casa-estudio. Necesitaba la proximidad escénica de una metrópolis vertiginosa y global, junto al sosiego de un cercano y provisto lugar.

Aquí encontré la tranquilidad necesaria, y realicé mi anterior exposición en la Casa de Cultura de Torrelodones, allá por las postrimerías del año 93 del pasado siglo. Ha llovido mucho desde entonces, sí.

También aquí nació mi última hija, que me enraizó más si cabe, realicé y coloqué el monumento escultórico “La Verbena” situado en el polígono de los Bomberos, e hice un buen número de amigos torresanos que junto a mi familia, me alientan para seguir perseverando en mi particular y emocionante mundo del arte.

En Torrelodones, me asistió la inspiración para tras concluir la obra de mi época surrealista, realizar todas las obras de mi período actual. Aquí llevé a cabo mi reflexión para poder realizar todas las creaciones que he ido mostrando en diferentes exposiciones y que hoy puedo por fin exhibir en esta muestra. 

“Huellas Urbanas” es el proyecto expositivo que ahora presento en esta Casa de Cultura. Está compuesto por un conjunto de obras en las que he plasmado el discurrir de una metrópolis global, bajo un concepto testimonial de su cotidianidad, huyendo de todo tipismo tradicional, que es fagocitado por el mundo global que nos ha tocado vivir. Voy buscando siempre un posicionamiento cronológico de las escenas con las que trabajo. Para ello, aunque principalmente he empleado escenarios de Madrid, en esta ocasión también incluyo dos diferentes, uno de Zaragoza y otro de Gijón.

En mi trabajo, navego dentro de la idiosincrasia de la ciudad, plasmando las características más importantes de su arquitectura, comunicación, transportes, ocio, desarrollo socioeconómico, arte, comercio, o mundo del diseño y de la moda, etc. En pocas palabras todo lo que acontece en el transcurrir de la vida en las grandes ciudades actuales.

Ahora con la serenidad que me procura el tiempo, me planteo seguir realizando cada vez mejores obras, hacer participes de ellas a todos mis convecinos y depositar aquí mi legado artístico.

Por todo esto, agradezco al Ayuntamiento la oportunidad que me proporciona de poder mostrar a mi pueblo esta exposición y ceñir así los lazos de amistad y cariño que siento por Torrelodones.


José Miguel Palacio



*enlace youtube 
entrevista a José Miguel Palacio 
sobre esta exposición




http://www.youtube.com/watch?v=iy7mZY1ENHs







CURRICULUM


JOSE MIGUEL PALACIO.
1950 Nace en Zaragoza
1967 a 1970 Realiza estudios en la Escuela de Artes de su ciudad natal.

EXPOSICIONES INDIVIDUALES SELECCIONADAS
2012 “Huellas Urbanas” Casa de Cultura de Torrelodones
2009 “Más allá de la realidad Urbana” 
C.E.A.R.T. Centro de Arte Tomas y Valiente, Fuenlabrada
2008 De Madrid, Encierros, Trenes, Aviones y Nubes” 
Universidad Popular José Hierro, Sala Martín Chirino.
 San Sebastián de los Reyes, Madrid
2007 “Madrid Urbano”
Centro de Arte Casa de Vacas, Parque del Retiro de Madrid.
1997 Sala de Exposiciones de Arte Reale de Madrid.
1995 Sala de Exposiciones de Caja Castilla La Mancha de Cuenca
1993 Galería Al Andalus de Sevilla
1993 Casa de Cultura de Torrelodones
1993 Galería Santa Engracia de Madrid
1979 Palacio Nacional de Exposiciones y Congresos de Jaca
1979 Sala Altisent’s de Lérida

EXPOSICIONES COLECTIVAS SELECCIONADAS
2012 “Arte sobre Raíles” Sala Expometro, Estación de Metro de Retiro, Línea 2, Madrid
2011” Water for Africa” Galería Barbarín y Delaflor Art Consultancy, Madrid
2009 ARTE-HOTEL-MADRID 2009 Hotel Maria Elena Palace, Madrid
2008 IV Exposición de Donaciones de obra gráfica a la Biblioteca Nacional 1998-2002
2008 Museo del Ferrocarril, “El ferrocarril en el arte”, Madrid
2004 EL PASO DEL TREN, El Tren en el Arte, Museo de la Pasión, Valladolid.
2003 Arte Taurino Galería Van Dick de Madrid
2000 Parque Botánico José Celestino Mutis, de Huelva
1998 Exposición de Esculturas Luz y Volumen Centro Cultural Buenavista de Madrid
1998 Exposición itinerante en la La Paz y Sucre (Bolivia)
1997 Sala de Exposiciones Barquillo de Madrid
1997 Arte Santander 97
1997 Palacio de la Corrala de Santiago de Granada
1997 Museo de Artes Decorativas de Madrid
1996 Galería Marc Sabata de Barcelona
1996 Pequeño Formato de Obra Grafica National Museum de Belgrado
1995 Centro Cultural El Torito de Madrid
1994 Autores Contemporáneos, Sala Winkler de Torrelodones
1994 Placeres Ocultos en Galería Novart de Madrid
1994 III Bienal Internacional de Obra Grafica Art Gallery Sunce de
Leskovac, Yugoslavia.

CERTAMENES Y PREMIOS SELECCIONADOS
1997 XVIII Premio Penagos de Dibujo
1997 Premio de Grabado Carmen Arozamena, Madrid
1996 Premio de Grabado Fundación Sevillana de Electricidad
1995 Certamen Andaluz de Bellas Artes Sevilla
1994 Salón de Arte de Puertollano
1980 Nacional de Pintura Diputación de Teruel
1979 X Premio San Jorge de la Diputación General de Aragón

OBRAS EN MUSEOS Y COLECCIONES PÚBLICAS
Excmo. Ayuntamiento de Torrelodones
Fundación Concha Márquez de Madrid
Excmo. Ayuntamiento de Sevilla
Caja de Ahorros de Castilla La Mancha
National Museum de Belgrado
Colección Grabado Contemporáneo de la Biblioteca Nacional
Colección Arte Reale, Madrid
Colección Fundación Vodafone
Colección Fundación SB
Colección Casino de Madrid
Excmo. Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes
Ayuntamiento de Baunatal, Alemania
Museo del Grabado Español Contemporáneo
Colección Realia, Madrid
Museo del Ferrocarril, Madrid
Excmo. Ayuntamiento de Fuenlabrada, Colección Permanente CEART

OBRAS PARA GRANDES ENTIDADES
2003 Edición de Grabado para XXV aniversario de la Medicina Rural Española
2002 Creación de escultura Sinfonía de la Razón para Laboratorios Pfizer
2001 Creación de escultura “Génesis Biológica” para Laboratorios Novartis
2000 Creación de escultura para Premio Taurino Casino de Madrid.
1999 Creación de escultura para Premio Internacional de Peiodismo Fundación Airtel
1998 Edición de carpeta de Grabado “Generación del 98” para II Semana de Medicina y Arte, Fundación SB

MONUMENTOS EN ESPACIOS PUBLICOS
2004 Escultura Monumental “La Verbena” en Torrelodones
2001 Monumento Escultórico Conmemorativo del Hermanamiento entre San Sebastián de los Reyes y Baunatal, en San Sebastián de los Reyes.